sábado, 18 de abril de 2020

LEOPOLDO MINAYA: VERSIONES ESENCIALES LIBRES DE LOS SALMOS DE DAVID ET AL.

*Versiones esenciales libres de los salmos de David et at. elaboradas por Leopoldo Minaya en 2001, luego integradas al libro Los cantos sagrados y otros poemas.


DICHOSO EL HOMBRE…
(Evocación esencial libre del Salmo 1 de David  et al.)

Dichoso el hombre que no anduvo
en compañía de los inicuos,
que en el camino del pecador
no se ha parado,
que en el asiento del burlador
no se ha sentado;
antes bien lo deleita la ley de su Creador,
la lee día y noche en baja voz
hasta llegar a ser
como el árbol plantado a la orilla de los ríos:
dará su propio fruto en su estación
—perenne entre su fronda y su follaje—
y en todo cuanto haga
tendrá éxito.

Los inicuos
                     no son así,
ellos son como el tamo empujado por el viento,
no se pondrán de pie cuando haya juicio,
no se pondrán de pie por pecadores…
porque Dios insufla vida al camino de los justos
pero el mismísimo camino del inicuo
perecerá.







¿POR QUÉ RIÑEN ENTRE ELLAS LAS NACIONES?
(Evocación esencial libre del Salmo 2 de David et al.)

¿Por qué riñen  entre ellas las naciones 
y arguyen y se oponen alegatos vacíos?

Los reyes de la tierra
                                     imponen su parecer,
sus altos funcionarios
                             blasfeman contra Dios,
blasfeman contra su elegido:

«Rompamos sus ataduras
y echemos su yugo de nosotros», dicen.

Pero Dios mismo se reirá en su cielo,
los escarnecerá,
 les hablará en su cólera,
y así con desagrado los confundirá:

«Yo, sí, Yo
 he consagrado a mi rey;
sí,  Yo, sí,
 he venido a ser su Padre».

Oh, naciones y reyes de la tierra,
sirvan a Dios con agrado y temor santo,
déjense asesorar y sed sensatos,
besad al hijo, hallad refugio en él,
o los enfrentará mi Dios contra su hierro,
como a un vaso frágil los hará añicos,
los hará perecer en el camino
pues su cólera se enciende fácilmente...










ERES MI ESCUDO PROTECTOR
(Evocación esencial libre del Salmo 3 de David et al.)

Señor,
¿por qué se ha acrecentado el número
de mis enemigos?

Muchos son los que ahora se alzan contra mí.
Ellos están diciendo de mi espíritu:
«No; Dios no podrá ser su salvación».

Pero Tú,  ¡oh Dios!, eres mi escudo protector,
eres mi gloria y eres
quien trae levantada mi cabeza…

De diez mil personas que se formen contra mí
no temeré;
con mi voz clamaré al Señor mismo
Y Él me responderá desde su cielo.

Tranquilamente me pondré a dormir,
confiado en el seguro despertar
porque Tú, Señor, me sigues sosteniendo…

Levántate, sí, Dios de los cielos;
sálvame, sacude al enemigo…

Toda salvación de ti proviene.
La bendición ya está sobre tu pueblo…












CUANDO LLAME, RESPÓNDEME…
(Evocación esencial libre del Salmo 4 de David et al.)

Cuando llame, respóndeme,   ¡oh Dios salvador!
En mi angustia yo espero tu respaldo,
compadécete, escucha mi oración.

Hombres,
¿hasta cuándo sabré de sus insultos?
Entre sus labios aflora la mentira,
pero distingue Dios al que le sigue
y Él me escucha las veces que le llamo.

Temblad, temed, mas no pequéis…
Abierto entero el corazón, callad,
confiad en Dios: su rostro nos alumbra…

En paz me acostaré y en paz me dormiré
porque Tú, porque Tú solo, me das seguridad.










A MIS SÚPLICAS FERVIENTES PRESTA OÍDO
(Evocación esencial libre del Salmo 5 de David et al.)

A mis súplicas fervientes presta oído,
y al suave musitar de mis plegarias.
Escucha mis suspiros, mi clamor, y ayúdame
¡oh Rey mío y Señor mío,
oh Dios!

De mañana oirás mi voz,
a ti muy de mañana dirigiré mis palabras
porque Tú no eres el Dios de los inicuos
y nadie malo puede ser parte de ti:
ni el jactancioso, ni el malvado,
ni el estafador, ni el mentiroso,
ni el homicida, ¡a todos los detestas…!

Pero yo, por casusa de tu bondad y tu amor,
entraré en tu casa, entraré en tu Santo Templo
 y te hare reverencias…

Los que en ti se refugian serán recompensados,
hasta el fin de los tiempos irán gozosamente,
Tú los bendecirás porque claman tu Nombre
y Tú los cubrirás con tu gigante escudo…







NO ME REPRENDAS EN TU CÓLERA
(Evocación esencial libre del Salmo 6 de David et al.)

Señor, no me reprendas en tu cólera,
no me censures en tu furia;
favoréceme, en cambio, que estoy desfalleciendo;
heme aquí confundido,  mi alma avergonzada.

Hasta cuándo, mi Dios, pregunto yo hasta cuándo,
hasta cuándo sufrirá mi alma perturbada,
hasta cuándo mis huesos…, hasta cuándo mis lágrimas…
¡Sálvame por causa de tu gran compasión!

Por gemir,  por suspirar, ya luzco fatigado,
ya luzco envejecido por las hostilidades…
Muy débil  y con lágrimas me ves junto a la muerte
pero si muero, Dios, ¿cómo podré alabarte?

Apártense de mí, malignos y malvados,
porque el Dios amoroso mis ruegos escuchó…
¡Todos mis enemigos serán avergonzados,
quedarán perturbados y atrás se volverán!











CON TODO MI CORAZÓN
(Evocación esencial libre del Salmo 9 de David et al.)

Te alabaré, Señor, con todo mi corazón
y así declararé tus maravillas.
Con melodía entonaré tus himnos,
¡oh, Altísimo!

Te has sentando en el trono de los justos,
juzgarás la tierra productiva,
someterás a juicio a las naciones
y Tú
serás la redención del oprimido,
serás el Altiplano
porque nunca olvidas Tú el clamor del afligido.

Apiádate de mí, ¡oh Dios del cielo!,
mira cómo me afligen, levántame Dios mío.
¡Oh, Tú me estás librando de las puertas de la muerte
y yo gozoso pregono tus hechos encomiables!

Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron,
en la red que tendieron se entrampa su propio pie;
 yo digo que no siempre será olvidado el pobre
ni perecerá jamás la esperanza del manso.

Juzga a las naciones delante de tu rostro,
¡levántate Dios mío ante el hombre mortal!

Infúndeles temor, señálalos y júzgalos…
para que sepan, hombres, que solo hombres son.









¿POR QUÉ TE ALEJAS Y TE ESCONDES?
(Evocación esencial libre del Salmo 10 de David et al.)

Señor,  ¿por qué te alejas y te escondes?
El inicuo somete al afligido,
el inicuo blasfema contra ti,
afirma que no hay fuerza que le juzgue,
librado del dolor y la desgracia.

Se agazapa el malvado como fiera
y sobre el desdichado, presto, salta.

Pero Dios no se cubre con un velo:
desnudo está su rostro y todo ve.

¡Levántate, mi Dios, alza tu mano;
sostén la aspiración de los vencidos;
elévanos, alívianos, conságranos!
Pide cuenta al verdugo y que se pierda,
aborrece al inicuo y al malvado
porque eres la justicia de los huérfanos,
porque eres la razón del hombre manso
y eres Rey por los siglos de los siglos…
y no temes al hombre, hecho de barro.








EN TI, POR MI BIEN, ME HE REFUGIADO
(Evocación esencial libre del Salmo 11 de David et al.)

En ti (por mi bien) me he refugiado:
los impíos doblan el arco,
                      preparan sus flechas,
apuntan a mi corazón.

Si están ya socavados los principios,
¿a qué se atendrá, Dios mío, el hombre justo?

Santo templo,  Dios mío, cielo y trono:
no concedas victoria a la violencia
que enredan en su alma los inicuos,
nazcan romas las puntas de sus flechas,
su odio,  su maldad no favorezcas… ;
antes, trampas, fuego, azufre, un viento  abrasador
y tu furia incontenible les cegarán los ojos
porque nadie impuro puede tocarte, Santo Espíritu,
y solo el hombre justo contemplará tu rostro…








¿HASTA CUÁNDO, MI DIOS, ME OLVIDARÁS?
(Evocación esencial libre del Salmo 13 de David et al.)

¿Hasta cuándo, mi Dios, me olvidarás?  ¿hasta cuándo?
¿Hasta cuándo, Señor, me olvidarás? ¿hasta siempre?
¿Hasta cuándo tu rostro se apartará de mí?
¿Hasta cuándo, hasta cuándo padecerá mi alma?

¿Hasta cuándo el enemigo pisará sobre mí
y bloqueando mis pasos me hará trastabillar?
¿Hasta cuándo reirá, gozoso, frente a mí?
Respóndeme, Dios mío, ¿hasta cuándo?, responde.

…Porque yo por causa de tu amor he confiado
mi corazón devoto hallará tu salvación.
Te cantaré, mi Dios, te ensalzaré en mis salmos…
y, amoroso Tú, serás mi recompensa.